Crónica de unas Navidades Decrecientes

Ekilikua

Algo está cambiando...si hace un año me hubieran dicho que estas Navidades iban a estar cargadas de tanta “Ecoherencia”, probablemente no me lo habría creído.

Hace años que apuesto por unas Navidades hechas a mano, unas Navidades de disfrutar más de la gente y menos del neón de las tiendas (la sociabilidad es definitivamente mejor para el cutis), por regalos originales y no necesariamente empaquetables.

Gran parte de mi tiempo lo he pasado con los bichos de fieltro, por suerte mientras estoy en Jerez eso supone estar más tiempo con mi madre. Pero éso me ha dejado espacio también para estar con personas muy queridas, hacer una fiesta de pijama, reencontrarme con viejos amigos a los que hace tiempo que no veía, cuestionarme desde lo más profundo mi tendencia a juzgar a los demás por no tener la misma opción de vida (y como efecto rebote sentir como sus “consejos” o juicios me horadaban el ánimo hasta ponerme un poquito enferma) y pasar más tiempo con las nuevas persona que van apareciendo y aportando calor y color a esta arriesgada opción de ser.

Ekilikua

Hubo tiempo para un interesante videoforum sobre publicidad,consumo y Navidades en Los 4 gatos. Allí nos planteamos la necesidad ¿autoimpuesta? de hacer regalos en estas fechas, el sentimiento de frustración que a veces se genera en el regalado (Juanca comentaba que una vez en el amigo invisible regaló algo hecho por él y la niña que lo recibió se puso a llorar...me temo que no de emoción), la sustitución de la amistad o el cariño por objetos materiales (Bely comentaba que el amigo invisible dilapidaba el concepto de amistad, donde no importaba el individuo, puesto que éste es invisible, lo que primaba era el mero intercambio de objetos).

Pero entre los escollos que surgen al intentar hacer de esta época del año un período menos vanal apostamos por el apoyo mutuo, por buscar maneras creativas de regalar (como comentaba Sara al contarnos el caso de un amigo invisible hecho con cosas de casa que ya no utilizas, empaquetarlas y numerarlas, sin saber el destinatario, y redistribuir los regalos mediante una suerte de sorteo. Por lo visto resultó muy divertido y, además, nadie salió llorando). Y sobre todo apostar por lo positivo y la construcción frente al derroche material, al fatalismo o al inconformismo llevado a la amargura.

Por mi parte tengo la enorme suerte de pertenecer a la red zoquito, y he podido darme el lujo de hacer pedidos pagados en parte con moneda local y a su vez regalar cosas que sólo existen en la red (Como un almuerzo ecológico y vegano en la casa de Naty, para mi tía mi madre y yo...Degustamos ricos patés, morcilla vegana, una deliciosa sopa de col, gulash con arroz integral, con vino y postre, después té y dulces...Un auténtico lujo en la tranquilidad de su salón, 100% recomendable)

Pertenecer a la Red Zoquito significa estar arropado por un grupo de gente que confía en nuestra capacidad de cambiar las cosas, que promueve la relaciones personales. Es, además, un amplio abanico de oportunidades de aprendizaje. Sin ir más lejos este sábado asistí a un curso de cocina japonesa en el que hicimos tofu, onigiri, espinacas con crema de sésamo y una deliciosa tempura, tras el cual tuvimos un encuentro zoquitero donde varias compañeras ofrecían su ropa usada, jabón, limón en conserva...

Os animo a apostar por nuevos esquemas navideños, cada cual seguro que tiene una manera de hacer que sea una época más mágica, más personal...Os deso que sintáis esa magia creativa todo el año.

Porque ésto no ha hecho más que empezar.

Feliz 2011, feliz año de la Confianza

María